El pensamiento crítico es la capacidad manifestada por el ser humano para analizar y evaluar la información existente respecto a un tema o determinado, intentando esclarecer la veracidad de dicha información y alcanzar una idea justificada al respecto ignorando posibles sesgos externos.
Aplicamos el pensamiento crítico para intentar discernir la realidad de lo que nos dicen y percibimos a partir del análisis de los razonamientos empleados para explicarla. Se trata de cuestionar las informaciones, dogmas y axiomas absolutos que nos rodean hasta que nosotros mismos podemos darles veracidad o por lo contrario ignorarlas. Con ello, se busca tener una idea justificada de la realidad y no aceptar ciegamente lo que otros nos digan.
El pensamiento crítico está muy relacionado con otras capacidades tales como la creatividad, la lógica o la intuición, permitiéndonos elaborar nuevas estrategias y formas de ver y percibir las cosas. Tener buena capacidad de pensamiento crítico nos ayuda a evitar el conformismo y a avanzar como seres humanos, evitando que existe un único modo de ver el mundo.
Aquí te contamos 10 técnicas que te pueden ayudar a potenciar tu pensamiento critico.
1. Dedica tiempo a pensar e imaginar.
Parece un punto evidente, pero no debemos pasarlo por alto. Es necesario dedicar tiempo a desarrollar el pensamiento creativo, alejado de obligaciones, tareas y fuentes de estrés. No está mal que, de vez en cuando, dejes volar tu imaginación, abordando temas que te interesen particularmente, o bien otros que te preocupen.
No te sientas presionado a trazar razonamientos lógicos o excesivamente rígidos sobre aquello que piensas, simplemente deja fluir tu mente, disfruta del momento y no te resistas a soñar despierto.
2. Piensa más allá de la tradición y lo habitual.
Que algo sea tradicional no significa que sea bueno. De hecho, muchas personas actúan de forma rutinaria sólo por pereza, por no atreverse a valorar la realidad desde otras perspectivas. Si la costumbre ha dejado de ser útil, ¿por qué no probar a cambiarla con un poco de creatividad? Si lo tradicional solo es una forma de inmovilismo, puede que haya llegado el momento de innovar.
3. La curiosidad: poténciala.
La curiosidad es, en mi opinión, la base de la mentalidad creativa. Si eres capaz de plantear dudas sobre muchos aspectos de la realidad, será más sencillo que sientas un interés genuino por aquello que te propongas hacer. Esta curiosidad te conducirá a informarte y a pensar por ti mismo, generando una dinámica positiva que potenciará, en última instancia, tu creatividad.
4. La importancia de los juegos.
Hay muchos juegos (prácticamente todos, de hecho) que pueden ayudarte a fomentar tu creatividad. El juego puede auxiliarte a la hora de buscar nuevas formas de abordar problemas y retos. Si tienes en casa algunos juegos de construcción, prueba a volver a tu niñez por unos minutos y trata de armar un castillo. Es una buena manera de dejar fluir la mente, algo que potencia tu versión creativa e imaginativa.
5. Plantea hipótesis y pregúntate por posibilidades abstractas.
La mayoría de los escritores del género de la ciencia-ficción consiguen hilar fantásticas historias a base de plantearse situaciones hipotéticas en las que las leyes de la física sean más flexibles de lo normal. Si pruebas a imaginar una situación ordinaria, pero modificando uno de sus aspectos esenciales y que todos damos por sentado, verás que la realidad cambia espectacularmente y se abre un amplio abanico de posibilidades.
6. Lee historias fantasiosas.
En el punto anterior he mencionado un género que personalmente me gusta mucho: la ciencia-ficción. Las historias de ciencia-ficción proponen realidades paralelas en las que nada es imposible. Este es uno de los géneros literarios creativos por excelencia, pero no es el único. Me atrevería a decir que cualquier lectura (siempre y cuando tenga unos mínimos de calidad, claro está) puede potenciar tu creatividad. El conocimiento no es una condición sine qua non para ser creativo, pero es muy probable que te ayude a mejorar tu creatividad.
7. Dales tiempo a tus pensamientos.
Tus ideas y juicios previos sobre las cosas pueden ser más o menos certeros, pero no deben ser despreciados. Las ideas que te suscita algún aspecto de la realidad son una buena materia prima que necesita tiempo para desarrollarse y llegar a buen puerto. Concédele la libertad necesaria a tu intuición, puesto que con el tiempo puede metamorfosear o cristalizar en ideas concretas.
8. Asume algunos riesgos.
La mente creativa no está exenta de saltos al vacío y de vueltas en círculo. Es normal en cualquier proceso creativo que esto ocurra, y además es una de las formas que tiene nuestro cerebro de ir estructurando ideas. Cometer errores solo significa que estás más cerca de tener una idea certera.
9. El proceso creativo, mejor en estado de flow.
¿Conoces el estado de flow? Entramos en este estado mental cuando estamos tan sumamente inmersos e interesados en la tarea que tenemos entre manos que perdemos la noción del tiempo y estamos motivados al cien por cien. El estado de flow nos sobreviene cuando nos apasiona aquello que hacemos. En consecuencia, nuestra creatividad tendrá un potencial mucho mayor si dedicamos esfuerzos a aquello que realmente nos motiva. Disfruta del proceso y el flow jugará a tu favor.
10. No te rindas.
Que la inspiración te encuentre trabajando, como diría el genial Pablo Picasso. Fíjate que hay personas que, a la hora de ponerse el mono de trabajo, siempre esperan que todos los elementos estén perfectamente alineados a su favor. Esto es un craso error que solo conduce a la inoperancia.
Si quieres encontrar la inspiración y la creatividad, tienes que asumir riesgos (volvemos al punto número ocho) y tener en cuenta que solo se puede aspirar a la perfección si se dedican muchas horas de esfuerzo e interés genuino en aquello que te hayas propuesto. Nadie nace enseñado, tú debes recorrer tu propio camino. La creatividad es una habilidad compleja que irás desarrollando con el tiempo. Paciencia… y suerte.
11. Piensa sin pensar.
Deja volar tu imaginación, apunta todo lo que te venga a la cabeza, haz ejercicios de brainstorming o lluvia de ideas. Ideas sin sentido, palabras, colores, emociones. Intenta hacer un hilo conductor de cada una de ellas, que una palabra te lleve a otra. Apúntalo en una lista y luego búscale sentido.
12. Olvídate de tabúes.
Para ser creativo lo último que debes tener son condicionantes sociales. Abre tu mente, y déjate llevar. Hay mucho que aprender de otras culturas y de personas que no entran en los estándares sociales. La creatividad puede surgir en el momento más inesperado.
13. Busca tendencias.
Siempre es bueno aprender de los demás, de lo que se lleva o de lo que está de moda. Una idea puede llevar a otra.
14. Escúchate y analiza tu entorno.
Pregúntate: ¿Necesitas algo? Contéstate: Si tuviera…. todo sería más sencillo… ¿O no te has imaginado nunca algo que te salvaría de aquello que realmente odias? A veces simplemente mirando a tu alrededor, analizando tus necesidades no cubiertas, ¡emerge la creatividad!